sábado, 26 de mayo de 2012

“Una unidad que no signifique pensar lo mismo”


Por primera vez, el acto central del 25 de Mayo se realizó en suelo patagónico. En un teatro del centro de Bariloche, la Presidenta resaltó el modelo económico en medio de la crisis mundial y convocó a la unidad.

Por Nicolás Lantos
Desde Bariloche

“Les hemos devuelto a los argentinos la Patria que les habían arrebatado”, celebró la presidenta Cristina Kirchner durante los festejos por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo realizados ayer por la tarde en San Carlos de Bariloche. La fecha coincidió con el noveno aniversario de la asunción de Néstor Kirchner como presidente y la mandataria destacó que en este período el país tuvo “nueve años de crecimiento ininterrumpido” y que se trató del “más importante en 202 años de historia”. Entre llamados a la unidad y un pedido a todos los sectores para que colaboren para mantener el país en pie “en medio de un mundo que se derrumba”, CFK dejó caer una pista sobre la continuidad del proceso político que encabeza: “Es ineludible pasar la posta –advirtió–. Los que crean en la eternidad que recen un Rosario a la noche y que se den cuenta de lo frágiles y lo temporales que somos cada uno de nosotros”. También se permitió hacer un comentario sobre la situación de la economía, apuntando a quienes critican las políticas de protección adoptadas y a quienes especulan con el valor del dólar.
Una Bariloche que se apresta a encarar su primera temporada normal luego de las complicaciones causadas por las cenizas del volcán Puyehue se paralizó para recibir a la Presidenta y una amplia comitiva: era la primera vez que el Tedéum con el que se celebra tradicionalmente esta fecha se llevaba a cabo en suelo patagónico, por lo que a los vecinos de la ciudad se sumaron los de otras ciudades de Río Negro, Neuquén y Chubut, casi todos embanderados con colores de agrupaciones kirchneristas. Luego de la ceremonia religiosa, la mandataria recibió a las numerosas delegaciones extranjeras que llegaron hasta orillas del lago Nahuel Huapi y a media tarde dio su discurso en el teatro La Baita, que era reproducido en el Centro Cívico a través de pantallas gigantes. Explicó que no pudo darlo al aire libre, como deseaba, por recomendación de sus médicos, ya que se encuentra saliendo de un cuadro gripal.
“Les hemos devuelto a los argentinos la Patria que les habían arrebatado. Esa Patria que es la pertenencia, la identidad, esa Patria que te hace sentir orgulloso al decir que sos argentino y que podés mostrar a tu país. Porque has cometido equivocaciones, porque has tenido yerros, pero podés mostrar una sociedad que está en crecimiento, que con esfuerzo sigue incluyendo en un mundo que se derrumba”, se emocionó Cristina Kirchner en un discurso en el que, fiel a su costumbre, intercaló digresiones, anécdotas y un repaso por más de veinte medidas tomadas en los últimos nueve años, desde la bajada del cuadro de Videla hasta la reciente ley de identidad de género.
El teatro La Baita, una sala moderna en pleno centro barilochense, estaba repleto. La primera mitad de la platea cubierta por invitados: alrededor de un centenar de figuras llegadas desde Buenos Aires (funcionarios, legisladores, empresarios, madres de Plaza de Mayo, dirigentes políticos y sociales) y otras tantas locales, entre intendentes y dirigentes de la política patagónica. El gobernador local, Alberto Weretilneck, en un breve mensaje con el que abrió el acto, había prometido comenzar “una nueva etapa” en una provincia golpeada por la desigualdad e historial de violencia institucional. Contagiado del espíritu de época prometió que “se termina un ciclo de crisis que significó el desencuentro de los propios barilochenses y donde el Estado fue un violento represor de los jóvenes”. No hizo mención al asesinado ex gobernador Carlos Soria.
A su turno, Cristina Kirchner decidió poner énfasis en la situación en la que se encuentra el país atravesando el ciclo de su bicentenario que comenzó hace dos años y culminará en julio de 2016 –cuando se cumplan 200 años de la Independencia–, etapa que definió como “una oportunidad histórica” para la Argentina en un contexto mundial novedoso. “Hemos logrado demostrarnos a nosotros mismos que el modelo que valía era este modelo y patrón de acumulación basado en un sólido y fuerte mercado interno con un sólido mercado de exportaciones, con un desendeudamiento de la Nación que nos permite tener libertad para decidir nuestras políticas y no depender de un financiamiento externo a tasas siderales”, describió la situación, antes de reiterar, como hace en cada aparición pública desde que comenzó su segundo mandato, un llamado a la unidad.
“Pero lograr la unidad, que no es, reitero, pensar lo mismo, decir lo mismo, repetir monocordemente lo mismo, sino establecer cuestiones definitivamente sobre las cuales ya no discutamos más los argentinos –aclaró–. La unidad nacional entendida no como el estar de acuerdo o hacer lo que quiere el Gobierno, sino entendida como que no puede haber nada más importante que los intereses de la Nación argentina, los intereses de la Patria; no pueden estar por encima ninguna facción ni ubicación ideológica ni sectorial. Este es, en definitiva, el concepto de unidad nacional.”
Por último tuvo unas palabras sobre la situación económica que atraviesa el país, al criticar las quejas recibidas por parte de otros países en la Organización Mundial del Comercio (OMC) ante las medidas proteccionistas y también desalentar, mediante una anécdota, la especulación respecto del futuro del dólar. “Me acuerdo de un amigo, que no voy a decir el nombre porque me va a matar si lo digo, que una de los dos hijas vive acá en Bariloche, y me decía en 2002, cuando se produjo el crac económico y el Parlamento elige un nuevo gobierno el 1º de enero, este amigo de la familia viene y le dice a mi hijo Máximo: ‘Máximo, hay que comprar dólares –estaba a 4,80 en ese momento el dólar–- porque se va a ir a 10 pesos’. Y el amigo nuestro compró. No sé qué habrá hecho con esos dólares o si los tendrá.”
Y continuó: “Somos en el G-20, luego de Alemania, el país con mayor libertad para invertir y comerciar. Entonces, cuando uno ve estas cosas, es como que hubiera un proteccionismo ‘legal’, el de los desarrollados, y un proteccionismo ‘populista’, el de los emergentes. Bueno, no es así”, concluyó.

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